Capítulo 48

Lourdes extendió las manos. —Nada más. Dicho eso, se fue a la cocina a continuar con sus quehaceres, sin olvidar decirle que se fuera. —Ya te puedes ir. Antes de venir, Roberto había considerado toda clase de escenarios. Pero... Ese no estaba entre ellos. Esa mujer estaba demasiado tranquila, serena hasta el punto de parecer ajena a lo ocurrido. —¿Por qué actúas así? Al escucharlo, Lourdes se detuvo y una sonrisa amarga se asomó en sus labios. "¿Qué puedo hacer?" "¿Ir a la casa de los Barrera a pelear con Gabriela o echar al hombre que, en teoría, se disculpa, pero en realidad defiende a su hermana?" Cuatro años eran suficientes para hacerla madurar. —Tú y Gabriela ya no tienen nada que ver conmigo. No vuelvas a buscarme con excusas como esta. Roberto se mostró confundido, incluso algo aturdido. Ella, en el pasado, no toleraba ninguna injusticia. Jamás dejaba pasar a quienes se atrevieran a herirla. Por eso, cuando vio lo que pasó esa tarde, su primera reacción fue pensar que Gabriela