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Capítulo 15

Como era fin de semana, Zara aprovechó la mañana para ir a visitar a su madre y a su hermano; de hecho, después de esa conversación con Nicholas, él no volvió a casa durante esos dos días, así que, ella tampoco quería pasar la noche ahí. Además, a pesar de que él le prometió que no se acostaría con otra mujer, ella todavía dudaba de él, y no podía dejar de pensar en que él pudiera estar con Sophie o con otra mujer; incluso, el solo pensar en ello, hacía que Zara sintiera el estómago revuelto. Asimismo, ese día también debía ir al banquete con Isaac; así que, esa era otra razón para no quedarse en la villa Cuando Isaac vino a recogerla, el cielo de Bey ya se había oscurecido; así que, ella salió inmediatamente de su departamento y, vio a Isaac inclinado sobre su Mercedes negro, con los brazos cruzados sobre el pecho. De hecho, su hermosa apariencia era aún más atractiva con ese traje negro que vestía y, en realidad, no era menos guapo que Nicholas; además, también era alto como él. No obstante, el físico de Nicholas era musculoso y se veía más fuerte, mientras que Isaac era un poco más delgado; inclusive, el rostro de Nicholas era serio y frío mientras que Isaac era vehemente. En realidad, Zara no pudo evitar detenerse en seco para admirarlo fijamente y, tras darse cuenta que no dejaba de compararlo con Nicholas, ella se preguntó inmediatamente el por qué estaba pensando tanto en él; luego, con el fin de evitar mayores pensamientos, ella negó con la cabeza y se dirigió apresuradamente hacia Isaac. Mientras tanto, Isaac también se sorprendió mucho al verla; en especial, porque Zara se veía celestialmente hermosa. De hecho, ese vestido rosa se adaptaba perfectamente a su tono de piel, hacía que su hombro desnudo brillara bajo la luz y, su delicado maquillaje realzaba aún más su belleza.  Mientras se acercaba hacia él, Isaac no pudo apartar su mirada de ella y, su corazón empezó a latir cada vez más rápido con cada paso que ella daba; en realidad, en ese momento, él deseó poder correr hacia ella y sostenerla en sus brazos. A decir verdad, Isaac le alegraba enormemente que la mujer que amó durante ocho largos años estaba frente a él; sin embargo, aún era incapaz de invocar su coraje para confesarle sus sentimientos.  "Hola, ¿te hice esperar demasiado?", preguntó Zara con total amabilidad, haciendo que Isaac recobrara completamente sus sentidos; luego, aparatando los ojos de ella, el hombre sonrió torpemente y, le dijo: "No, no, fueron solo unos minutos".  Luego, aun mirándola con total atención, la felicitó delicadamente: "Zara, te ves muy hermosa”. Tras escuchar ello, Zara se sonrojó inmediatamente, miró hacia abajo y colocó algunos mechones de cabello detrás de su oreja; luego, con una ligera sonrisa en su rostro, le dijo: "Gracias".  En ese momento, Isaac quiso acariciar delicadamente la mejilla de la mujer frente a él; pero, decidió no hacerlo y retiró rápidamente su mano antes de que ella pudiera darse cuenta. Luego, se dio la vuelta apresuradamente, apretó los puños y, se murmuró en voz baja: "Contrólate". Después de eso, Isaac le abrió la puerta con total caballerosidad y, haciendo un ligero gesto, le dijo: "Nos vamos, sube al auto". Tras escuchar ello, Zara sonrió amablemente y se subió al auto con delicadeza; mientras que, luego de cerrar la puerta, Isaac rodeó el auto y entró cuidadosamente.   Después de que ambos estuvieron dentro, el auto se alejó inmediatamente y, el viaje fue lo más tranquilo posible; es más, aunque Isaac quería decir tantas cosas, no podía reunir el valor para hablar. Así que, solo la miró de vez en cuando mientras conducía; por su parte, Zara tampoco abrió la boca y solo se quedó disfrutando de la vista exterior. Tardaron alrededor de una hora en llegar a su destino, era un hotel de lujo y, ni bien llegaron, Zara estiró el cuello para mirar el rascacielos; aunque, no tenía idea de cuántos pisos tenía ese lugar. Sin embargo, su trance se rompió cuando Isaac abrió la puerta y le ofreció su mano para bajarse; así que, ella sonrió cordialmente y salió tomada de su mano. Después de entrar juntos, ambos se dirigieron inmediatamente al ascensor y, se detuvieron en el último piso; pues, ahí había un enorme salón de banquetes. Tras llegar, Isaac hizo un gesto para sostener su brazo, y Zara no dudó en entrelazar su mano amablemente; luego, caminaron lentamente por el pasillo. Mientras caminaban lentamente, Zara miró a su alrededor y no pudo evitar que su corazón latiera aceleradamente, pues toda la gente vestía vestidos exquisitos; de hecho, las mujeres usaban costosos vestidos de diseñador, mientras que los hombres vestían sofisticados trajes hechos a la medida. Es más, pensó que la invitación debía se exclusiva, pues había hombres de negocios, políticos y algunas celebridades. Al ver a todos ellos, Zara se puso tan nerviosa que, apretó con más fuerza el brazo de su acompañante; sin embargo, al sentir su inquietud, Isaac la miró con delicadeza, frotó cariñosamente el dorso de su mano y, con una sonrisa tranquilizadora, le dijo: "Está bien, no estés nerviosa, no te voy a dejar sola".  Luego de escuchar ello, Zara asintió ligeramente y le sonrió con delicadeza; sin embargo, su nerviosismo aumentaba cada vez paso que daba dentro del salón.  Con el fin de que se sintiera más cómoda, Isaac se inclinó a ella y le explicó en voz baja: "La gala benéfica se está llevando a cabo aquí y muchos invitados conocidos están presentes esta noche. Algunos de mis amigos también están aquí y, como les he hablado de ti, están ansiosos por conocer a la persona que me salvó en ese entonces". Cuando escuchó ello, Zara se sorprendió inmediatamente y, mirándolo fijamente, le dijo: "Entonces, me trajiste aquí solo para presentarme a tus amigos". Por su parte, él se rió amigablemente y, le respondió: "Sí, eso es parcialmente cierto; pero, la razón principal, es que quiero que te familiarices con estas fiestas". De hecho, en ese momento, él quiso agregar inmediatamente 'porque serás mi esposa en el futuro'; sin embargo, al final no se lo dijo y, solo terminó diciendo: "Porque ahora eres mi secretaria". Luego, mirando al frente de la multitud, él agregó: "Tengo que asistir a muchas fiestas como esta y te unirás a mí como mi acompañante. Esto también te ayudará a conocer la comunidad empresarial".  Mientras tanto, después de escuchar ello, Zara pudo entender rápidamente lo que él estaba insinuando; además, sabía perfectamente que Isaac era nuevo en la ciudad de Bey, así que era obvio que necesitara familiarizarse con los mejores empresarios y políticos para expandir su negocio. Por ello, como ella era su secretaria, también era su responsabilidad ayudarlo; así que, tras pensar en ello, Zara sonrió delicadamente y, le dijo: "Claro, lo entiendo". "Hey amigo. Finalmente estás aquí", dijo una voz masculina que los interrumpió; luego, cuando voltearon la cabeza para mirar el origen de la voz, vieron a un hombre alto, regordete y bien parecido que les saludaba con la mano.  Unos segundos después, ese hombre se acercó a ellos con una amplia sonrisa en su rostro; mientras que, devolviéndole la sonrisa y dándole un gran abrazo, Isaac le dijo: "Oye... lo siento, llegué un poco tarde". Tras ello, el hombre le devolvió el abrazo, le dio unos golpecitos en la espalda y, le dijo: "No hay problema amigo". Mientras tanto, al verlos, Zara sonrió encantadoramente y supuso que ese hombre era amigo de Isaac; es más, ahora no solo Isaac, sino también su amigo, era cálido y alegre, muy diferente al frío e inaccesible de Nicholas. "Isaac, ¿es ella el ángel que te salvó en ese entonces?", preguntó el hombre con una amplia sonrisa en el rostro; haciendo a su vez, que Zara saliera de sus pensamientos. Luego, se sonrojó inmediatamente al escuchar que se dirigieron a ella como un ángel y, sonriendo tímidamente, agachó su cabeza.  Luego, se sonrojó inmediatamente al escuchar que se dirigieron a ella como un ángel y, sonriendo tímidamente, agachó su cabeza.  Por su parte, tras escuchar ello, Isaac sonrió amigablemente y los presentó cordialmente: "Zara, él es mi amigo Noah, un neurocirujano muy conocido en este país". Luego de escuchar ello, Zara levantó la cabeza y miró al hombre frente a ella; sin embargo, antes de que pudiera decir algo, el hombre se rio y le dijo: "No… Estás exagerando. No soy tan famoso como crees".  Después de escuchar ello, Isaac se rio con total amabilidad y, le dijo: "Noah, ella es Zara". Aunque, en su mente, agregó delicadamente su seudónimo: "Mi ángel".   A decir verdad, como Isaac no sabía su nombre antes, él la nombró ángel y sus amigos lo sabían perfectamente Por su parte, Noah le tendió la mano y la saludó con total cortesía: "Hola, Zara. Un placer conocerte".  Tras escuchar ello, Zara le sonrió amigablemente, le estrechó la mano y sonrió: "Hola, Dr. Noah. Estoy encantada de conocerlo". Luego de escucharla, Noah se rio delicadamente y le dijo: "Por favor, llámame Noah". Tras ello, y dándole unas palmaditas en el dorso de la mano, el hombre agregó: "De hecho, al fin nos encontramos cara a cara; pero, ya sabíamos de ti desde hace mucho tiempo. Isaac solía decir que...". "Noah…", exclamó apresuradamente Isaac y, antes de que pudiera decir más, presionó su hombro inmediatamente. A decir verdad, Isaac era muy consciente de la naturaleza de su amigo; así que, temía que Noah revelara todo por la emoción.  De hecho, Isaac todavía dudaba en expresar sus sentimientos a Zara por temor a que ella lo rechazara; por ello no quería que ella se enterara de sus sentimientos, al menos en este momento no. Es más, pensó en confesársele cuando reuniera la suficiente confianza de que no lo rechazaría. Luego, lanzándole una mirada significativa a Noah, le preguntó: "¿Estás solo? ¿Dónde está nuestro héroe?" "Él es...", empezó a responderle Noah; sin embargo, como justo vio a Nicholas un poco más lejos de ellos, él sonrió ampliamente y añadió: "Ah... Ahí está".   A decir verdad, Nicholas también estaba muy ansioso por encontrarse con el ángel de Isaac, así que se emocionó mucho al escuchar el llamado de Noah; luego, empezó a caminar rápidamente hacia ellos, pero, sus pasos se detuvieron al ver a Zara con Isaac. En realidad, Nicholas estaba seguro que Isaac traería a su ángel con él, pero solo apareció con su secretaria; así que, no dudó en preguntarse por qué su ángel no había aparecido.  Sin embargo, no pensó mucho en ello, pues empezó a admirar la delicada apariencia de Zara, quien se veía realmente hermosa con ese vestido rosa; es más, su piel parecía oro brillante bajo la luz. En realidad, Nicholas no podía apartar la mirada de ella, sobre todo, porque además de hermosa, su sonrisa era sumamente deslumbrante.  A decir verdad, Nicholas se sorprendió mucho al verla su delicada sonrisa, pero, al mismo tiempo, estaba un poco incómodo de verla sonreír tan dulcemente; pues, de hecho, le molestaba que ella sonriera y conversara adorablemente con sus amigos, sobre todo, porque a él nunca le sonrió así. Sin embargo, justo cuando volteó a ver a sus amigos, Nicholas vio que Noah le estaba acariciando la mano a Zara; así que, su rostro se oscureció inmediatamente, sus manos se apretaron en un puño y, no le gustó para nada ver la acción de su amigo. Incluso, se molestó aún más cuando vio que, en lugar de quitarle su mano, Zara se sonreía amigablemente con él.  "Esta mujer, ¿qué cree que está haciendo? Le dije que fuera leal; pero, está aquí coqueteando con otros hombres", pensó Nicholas inmediatamente, quien se estaba volviendo realmente loco de los celos; sin embargo, dejó de pensar en ello, cuando Noah exclamó: "Nicholas, ven rápido, mira a quién tenemos aquí. Ella es Zara, el ángel de Isaac".

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