Capítulo 10
A los internautas siempre les ha gustado pensar en sí mismos como personas inteligentes, además de que nunca han apreciado que los engañen.
De tal forma, cuando se dieron cuenta de que la publicación original los dejaba en ridículo, reaccionaron de inmediato para defenderse.
Aquellos que habían dejado comentarios abusivos en la cuenta de Darya, ahora dirigían su ira en contra de Zenith.
"¡Pensé que los Cavanaugh eran ricos! ¿Por qué Felicia tuvo que empeñar el anillo para pagar sus deudas de juego?".
"¡Y era el anillo de bodas de su cuñada! ¡Eso es bastante bajo!".
"¿No se supone que debes conservar tu argolla de matrimonio aun si te divorcias? ¿Por qué seguía en posesión de los Cavanaugh?".
"¿Olvidan la primera publicación de Darya? Dejó a Micah porque él la engañó. No creo que nadie quiera quedarse con el anillo que le recuerda a una persona infiel".
"Eso me rompió el corazón :-( Me gustaba Micah Cavanaugh: rico, guapo, exitoso. Además, escuché que es superinteligente. Estoy comprobando que la fidelidad no es una de sus virtudes".
"Dicen que el que nace infiel, siempre será infiel".
"Ay, me gustaban los productos Zenith. Sus Bluetooth son los mejores, pero tendré que buscar otros, porque no compraré los productos fabricados por la empresa de gente sin valores”.
"¡Totalmente de acuerdo! Amigos, ¡voten a favor de la publicación anterior! Boicoteemos la empresa de ese hombre. El exmarido de mi hermana también la engañó, así que unámonos: ¡muerte a todos los infieles!".
….
Aunque los Cavanaugh poseían la mayoría de las acciones de Zenith, una pequeña parte se lanzó al mercado de valores para que otros inversionistas pudieran adquirirlas.
El precio de las acciones empezó a caer en picada desde que la publicación de Darya se volvió viral y no mostraban signos de detenerse, por lo que parecía que llegarían a su nivel más bajo.
Ante el escritorio de la oficina de su casa, a las doce treinta de la noche, Micah revisaba una y otra vez el informe bursátil, con cara sombría.
En la pantalla de su celular, Sidney Kane, su gerente de relaciones públicas, lo veía sintiendo que el sudor le escurría por el rostro.
El hombre vestía su pijama de rayas azules y blancas en lugar de su traje con corbata y desde que esa videollamada de medianoche lo despertó dos minutos antes, él había empezado a sufrir.
"¿Quién te autorizó a publicar ese comentario? Yo no lo aprobé. La cuenta de Zenith solo debe utilizarse para anuncios oficiales. Lanzamientos de productos, campañas de marketing, etc. ¿Quién te dijo que publicaras notas sobre mi... mis asuntos personales?".
Kane tenía la cabeza gacha, mientras escuchaba las reprimendas del presidente de la empresa.
"Fue, uh, fue idea de la señora Cavanaugh".
"¿De Darya?". Micah frunció el ceño. "Ella nunca ha tenido acceso a la cuenta corporativa".
"Eh, no, no esa señora Cavanaugh. La señora Judy, su madre".
Sidney mantuvo los ojos fijos en el suelo, mientras comenzaba a pensar en actualizar su currículum; probablemente necesitaría encontrar un nuevo empleo.
Entendería que Micah decidiera despedirlo por el uso no autorizado de la cuenta corporativa.
En lo personal, coincidía en que era de mal gusto usar una cuenta oficial para asuntos privados, sobre todo si se iban a ventilar los trapos sucios del dueño de la empresa.
Pero Judy era la madre de su jefe.
¡Como si Sidney pudiera decirle que no!
Ella lo había puesto entre la espada y la pared, porque ni siquiera le dio tiempo de llamar a su jefe para pedir su autorización.
Además, la mujer mintió al decirle que su hijo ya había aprobado que se publicara, por lo que ahora él estaba en aprietos.
Micah escuchó la explicación del gerente de relaciones públicas sin decir una palabra, aunque la vena que palpitaba en su frente decía mucho sobre su estado de ánimo en ese momento.
"Mi madre no trabaja en Zenith". Su volumen de voz era tan bajo, que lo hacía todavía más amenazante. "Debiste consultarlo conmigo".
Sidney tomó un pañuelo para secarse el sudor de la cara. "Lo sé, lo siento, señor presidente. Debí ponerme en contacto".
Pero Judy lo abordó cuando él estaba de camino a casa y no lo dejó en paz hasta que creó y publicó esa nota bajo sus órdenes.
Sin una alternativa para remediar el asunto, Micah empuñó las manos.
'Lo hecho, hecho está', pensó tratando de contener su ira. La prioridad en ese momento era el control de daños.
Fijó sus ojos oscuros en Sidney. "Espero que limpies este desastre. Tienes doce horas. Si para entonces esa publicación todavía se encuentra en los primeros lugares de las tendencias del día, considérate despedido”.
"Sí, señor. Intentaré dar lo mejor de mí. Gracias por...".
En ese momento, Micah colgó la videollamada e inmediatamente marcó otro número.
Elliott contestó su teléfono después de que sonó cuatro veces.
El eficiente asistente parecía bastante alerta a pesar de que era pasada la medianoche.
Micah lo actualizó sobre la situación. "Ponte en contacto con la plataforma y ordénales que eliminen la publicación lo más pronto posible".
"Sí, señor".
"Llámame en cuanto tengas resultados".
Elliott lo llamó cuarenta y cinco minutos después. "Hay un inconveniente. Alguien se nos adelantó para ordenar que subieran la publicación, no quieren borrarla. La nota sobre la señora Cavanaugh, perdón sobre Darya Miller, permanecerá en el primer puesto de las tendencias del día durante al menos otras setenta y dos horas".
"Llámalos otra vez. Te doy carta blanca para ofrecerles la cantidad que pidan".
"Eso intenté, pero la plataforma me informó que, independientemente de lo que ofrezcamos, la otra parte lo duplicará”.
Micah tamborileó con los dedos sobre su escritorio. "¿Quién es?".
"Bradley Gould, el director ejecutivo de Eminence".
"¿La compañía del mundo del entretenimiento?".
"Esa misma, señor".
Eminence era un gigante en el ambiente del espectáculo, ya que comenzó como una agencia de talentos, pero posteriormente se aventuró en la producción discográfica y de conciertos. Poco después siguieron con la gestión de eventos, y la creación de publicaciones musicales.
Era una empresa sumamente reconocida, sobre todo porque habían producido a muchos de los ganadores de los premios Oscar y Grammy.
Pero que Micah supiera, Darya no era ni actriz ni cantante.
¿Por qué la estaba apoyando esa compañía?
"¿Dio el señor Gould alguna razón?", preguntó su jefe.
"No", respondió Elliott de inmediato. "Intenté ponerme en contacto con él, pero son cerca de las dos de la mañana y ya no insistí. Preferí dejar un mensaje de voz".
"Entiendo".
Micah colgó el teléfono, se puso de pie y comenzó a caminar dando vueltas, adentro de la oficina de su casa.
¿Darya y Bradley Gould?
¿Se conocían entre sí?
¿Pero cómo? ¿Y por qué?
Habiendo lidiado con plataformas de redes sociales anteriormente, Micah era muy consciente de cuánto dinero costaba manipular las publicaciones, tanto para mantenerlas en primer lugar de las tendencias, como para eliminarlas del ojo público.
¿Por qué Bradley Gould gastaría cientos de miles de dólares para favorecer a Darya, sabiendo muy bien que se enfrentaría cara a cara con Zenith?