Capítulo 12

En la publicación oficial, no daban ninguna explicación sobre la disolución del matrimonio del hijo de los Cavanaugh. Tampoco se hacía referencia a la foto donde Micah fue captado durmiendo la siesta con otra mujer. Mucho menos se mencionaba el nombre de Judy o de Felicia. Eso causó que el público se sintiera comprensiblemente insatisfecho. Así que los internautas dejaron todo tipo de comentarios mordaces debajo de la publicación, al tiempo que compartían sus especulaciones sobre el motivo del divorcio. Algunos con mucho tiempo libre y nada mejor que hacer comenzaron a investigar la identidad de la mujer desconocida que aparecía en la foto, a quien pronto empezaron a llamar "la amante". Sin embargo, Micah decidió ignorar todos los comentarios, al fin y al cabo, el precio de las acciones de Zenith se había estabilizado. Lo mejor de todo fue que su madre dejó de molestarlo. De todos modos, Darya no respondió a la publicación. A pesar de que Micah monitoreó su cuenta, y la revisó sistemáticamente cada vez que salía de sus reuniones de trabajo, no encontró ninguna respuesta; él parecía un acosador cibernético obsesionado, pero Darya permanecía en un silencio absoluto. Entonces, él se desplazó a través de sus publicaciones anteriores. La primera era de tres años atrás: "¡Casada con el hombre de mis sueños! ¡El mejor día de mi vida! Por fin soy la Sra. Cavanaugh :-)". Él buscó la siguiente, fechada dos meses después: "¡Me trajo peonías! ¡Son las más bonitas del mundo! ¡Mírenlas! ¡Son enormes y esponjosas! ¡Tan hermosas! ¡Y él es tan dulce! Mi cumpleaños fue la semana pasada, pero no importa... Tal vez confundió la fecha". Al ver la imagen del ramo de peonías rosas, rojas y naranjas, Micah recordó la ocasión. Ese día, hubo una fiesta de jubilación en la oficina, por lo que llevaron muchas flores, y les pareció un desperdicio tirarlas a la basura.  De modo que, cuando él ya se iba, su secretaria le sugirió que se llevara un ramo, por lo que llegó a su casa y lo colocó en el aparador del vestíbulo. Ahora se dio cuenta de que Darya pensó que se lo había comprado a ella. De hecho, él no sabía que su cumpleaños había sido una semana antes. Micah siguió desplazándose por el resto de las publicaciones. Casi todas eran sobre él, al menos las de su primer año de matrimonio. "Se fue de viaje de negocios al extranjero durante dos semanas. Lo extraño terriblemente :-(". "¡Hoy lo vi en la televisión! Salió en el canal de las finanzas. ¡Se veía tan guapo! Y muy serio. El rey del mundo de los negocios. Llevaba su traje gris acero Armani de botonadura sencilla. Un elegante atuendo de lana virgen. Me pregunto si sabrá que fui yo quien se encargó de que se lo lavaran en seco :-)". "Me sentí un poco mareada después de donar sangre... Pero él me compró un frasco de multivitamínicos :-) Ojalá que vuelva a casa esta noche". "¡Qué lluvia tan fuerte la de hoy! ¡Espero que se haya llevado el paraguas!". "Hoy le preparé pan tostado con fresas y ricota :-) Casi me quemé el dedo meñique. Uf. No me imaginaba que algo tan sencillo representaría un desafío tan grande. Por suerte, no incendié la cocina. ¡Así que tuve éxito al primer intento! Voy a llamar a su puerta ahora mismo". "¡Miren esto! ¡Le preparé un Clafoutis de albaricoque y limón! ¡Desde cero! No es por presumir, pero mis habilidades culinarias han mejorado drásticamente desde que me casé. Voy camino a su oficina en este momento, con la esperanza de sorprenderlo en el trabajo:-) Me pregunto si su recepcionista sabrá quién soy. Si no, me presentaré como la señora Cavanaugh :-)". …. Eventualmente, la frecuencia de sus publicaciones disminuyó y los comentarios se hicieron más cortos, además de que las caritas sonrientes desaparecieron. Luego, ella dejó de publicar por completo. Hacía seis meses que no había una sola nota ¿Sería cuando decidió que el matrimonio no estaba funcionando? Micah trató de recordar lo que había pasado en esa época. ¿Habría sido un incidente específico o fue solo la culminación de tres años de abandono? Él decidió entonces revisar su historial del chat, que, en general, parecía consistir en notas unilaterales. Regularmente, él requería de su presencia en el hospital para donar sangre, y a tales solicitudes les seguía una transferencia de dinero. Luego había notas donde ella preguntaba cómo estuvo su día, si había comido, qué le gustaría cenar. Habitualmente, ella le deseaba un buen viaje cada vez que él salía por motivos de negocios, o le enviaba alertas meteorológicas, a pesar de que él podía averiguarlo por sí mismo. Otras veces, ella le aconsejaba que descansara, para que no fuera a enfermarse. Micah volvió a marcar el número de Darya, pero no obtuvo ninguna respuesta. Entonces intentó enviarle un mensaje en su Instagram, luego trató en su cuenta de Twitter, en la de Facebook y, por último, otra vez en WhatsApp. Desafortunadamente, tampoco tuvo respuesta. Así transcurrió un largo día para él, yendo de una reunión a la otra; reuniones, reuniones y más reuniones. Al terminar la última, Micah revisó las redes sociales de Darya nuevamente. Pero ya habían sido desactivadas. Se quedó mirando la página de su perfil vacía, con el mensaje 'Todavía no hay publicaciones'. Era un hecho que ella había decidido olvidarse de él, despojándose de su pasado como la señora Cavanaugh. No quería tener nada más que ver con él. Micah sintió una punzada en el corazón, al darse cuenta de que esa historia había terminado. Él nunca la amó, solo pensaba en ella como una oportunista que lo obligó a contraer matrimonio. Entonces, ¿por qué se sentía tan desdichado por su abandono? Micah metió su teléfono en el bolsillo, decidido a sacarla de su mente. Si ella había seguido adelante, tal vez él también debería hacerlo. **** Un mes después se llevaría a cabo el Hagen Ball anual, en St. Louis IX, una antigua residencia palaciega de la localidad. Alrededor de las cinco de la tarde, dos horas antes de que comenzara el evento, los paparazzi acamparon en la calle frente a la entrada principal del hotel, esperando echarles un vistazo a los ricos y famosos que tendrían el privilegio de asistir al baile. Los reporteros y columnistas de chismes se afanaron en tomar fotos de políticos de alto rango, de las leyendas del mundo del espectáculo, así como de los magnates de los negocios y de los múltiples asistentes que pertenecían a la alta sociedad. Nadie podía comprar la entrada a uno de los eventos más exclusivos y esperados de la metrópolis de Hagen. El número de asistentes se restringía a tan solo ciento ocho invitados cada año, más sus respectivas parejas. Para asistir, se debía obtener el visto bueno del organizador, que resultaba ser un amigo cercano y socio comercial de Matthias. Esa fue la razón por la que el nombre de Darya apareció en esa lista. A la chica le había costado un esfuerzo considerable persuadir a su padre de que no organizara un gran banquete en su nombre, ya que prefería tener tiempo para estudiar todo lo que necesitaría para desempeñarse bien en la empresa. Matthias cedió, pero solo por el momento, porque no había renunciado por completo a la idea del banquete. De cualquier modo, a cambio de aplazar dicha celebración, él hizo que su hija se comprometiera a ir al Hagen Ball. Mientras el automóvil de la chica se dirigía al lugar del evento, un Cadillac Escalade Platinum personalizado se detuvo junto a la acera, ocasionando que los espectadores se volvieran locos por ver quién bajaba del vehículo. Las luces de las cámaras de la prensa comenzaron a parpadear como locas. ¡Era Micah Cavanaugh!