Silvia Ramírez, a espaldas y a escondidas de Julio Díaz, envió al extranjero a la amante de este.Aquella misma noche, él secuestró a los padres de Silvia, dispuesto a intercambiar la vida de ellos por saber el paradero de su amante.Julio deslizó el teléfono hacia ella, y en la pantalla aparecieron sus padres atados a unas sillas, con bombas de tiempo pegadas al pecho. El contador descendía vertiginosamente segundo a segundo.