Capítulo 1725
En el estudio.
Se escuchaba el sonido de Jay tosiendo de vez en cuando, así como también los sonidos de Angeline y él discutiendo.
“¿Dónde están?”.
“No recuerdo dónde los puse”.
“Fuera de mi camino”.
“De ninguna manera”.
Jay tomó a Angeline y la sentó sobre el escritorio. Mientras se giraba para buscar en la estantería, Angeline lo abrazó con fuerza y él exclamó: “¡Ahhhhh! ¡Suéltame! ¡Déjame ir!”.
“Deja de molestar”, dijo Jay con ternura.
“No estoy molestando…”, Angeline lo abrazó con fuerza.
Jay estaba entre risas y lágrimas. “Entonces suéltame”.
“No lo haré. Nunca te dejaré ir en esta vida”, dijo Angeline.
Jay miró con impotencia a la pequeña mujer que se envolvía a sí misma a su alrededor. Las palabras que dijo acerca de no dejarlo ir nunca en esta vida habían iluminado y deslumbrado por completo su estado de ánimo.
“¿Por qué no quieres mostrármelos?”, Jay preguntó suavemente.
Angeline respondió: “Yo estaba muy fea”.
Jay frotó su suave cabello y la consoló diciendo:

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