Capítulo 16
—Rubén. —Susana habló de repente—. Soy yo.
Rubén despertó al instante y encendió la lámpara.
Frente a él estaba Susana, vestida con el mismo modelo de pijama que Ángela solía usar, y con un aroma en la piel que parecía ser también el del mismo gel de baño de Ángela.
—¿Qué haces aquí? —Los ojos de Rubén se oscurecieron y su voz mostró ira.
Susana se puso súbitamente pálida y sus labios perdieron todo color.
—¡Rubén, tus sentimientos han cambiado!
Al principio, ella solo lo sospechaba, pero ahora estaba cien por ciento segura: Rubén se había enamorado de Ángela.
Él no dijo nada y apartó la mirada de inmediato.
Susana se abalanzó hacia él, con los labios temblorosos. —Dímelo, ¿te has enamorado de ella?
Rubén quiso decir que no, pero al abrir la boca se dio cuenta de que no podía decirlo.
En ese instante tuvo que admitir que, al parecer, sí se había enamorado de Ángela.
A Rubén le resultaba sumamente irónico: él, enamorándose de Ángela.
En realidad, ella era la mujer más aburrida que había

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