Capítulo 37

Andrea se sentía tan ofendida que solo quería llorar. Intentó llamar a Federico para pedirle que regresara, pero no respondía. Después de cambiar todas las cerraduras, Josefina se sintió tranquila y se preparó una cena sencilla para ella sola. Andrea estaba con Alicia, así que Federico por fin se tomó un tiempo para acompañar a Josefina. Usó su propia llave para abrir la puerta, pero por más fuerza que hizo, no logró hacerla girar. Tras varios intentos fallidos, se dio cuenta de que Josefina había cambiado la cerradura de la entrada principal. "¿Por qué habría de cambiar la cerradura si todo está bien?" En realidad, ni siquiera necesitaba pensarlo: era evidente que lo había hecho para impedirle pasar. ¡Y eso que ya se había humillado bastante! Incluso había involucrado a su madre para ganarse su favor, ¡y aun así ella actuaba de ese modo! A Federico, de pronto, lo invadió la rabia. Furioso, golpeó la puerta con fuerza. —¡Josefina! ¡Abre la puerta! Los vecinos de los lados, molestos por