Capítulo 38
Las artimañas de Lucas, en realidad, no valían nada.
...
La farsa escandalosa que se desarrollaba afuera terminó tan rápido como había comenzado.
Varios hijos de familias adineradas que no simpatizaban con Lucas aprovecharon la ocasión para tomarle fotos en situaciones comprometedoras y se burlaron abiertamente de él.
Catalina se cambió y, al salir del vestidor con ropa limpia, de pronto vio una figura alta y recta esperándola junto a la puerta.
Sus pasos se detuvieron por un instante.
Parecía que el hombre, al notar su presencia, giró la cabeza hacia ella.
—Catalina. —Su voz sonó serena, con un timbre grave y magnético. —¿Por qué tenías que actuar así?
—¿Y qué otra opción tenía? —respondió con voz suave pero distante—. ¿Escucharte a ti, pedirle disculpas a Lucas y dejarlo pasar como si nada?
Alejandro frunció ligeramente el ceño. —Catalina, tú no eres de las que se ensañan cuando llevan la razón.
—¿Entonces, por ser "comprensiva", tengo que aguantarme la injusticia? ¿Eso es lo que esp

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