Capítulo 81
Catalina también extrañaba profundamente a su madre, pero las cosas con Alejandro aún no se habían resuelto del todo. Después de todo, fue ella quien insistió en casarse con él, sin considerar las consecuencias.
Ahora que todo había terminado así, sentía que no tenía derecho a desahogarse con su madre.
Catalina guardó silencio unos segundos y dijo en voz baja: —Mamá, estoy en la oficina ahora, ya voy para allá. Espérame un momento, ¿sí?
—Sí, sí, tranquila. No tengo prisa.
Dado que Josefina ya había venido, Catalina no podía simplemente rechazar a su propia madre.
Sin esperar a que Alejandro saliera, condujo directamente de regreso a la casa.
En ese momento, Josefina la esperaba en la puerta.
Al verla, a Catalina se le humedecieron los ojos y sintió un nudo en la garganta.
Se acercó rápidamente y la abrazó con fuerza.
—Mamá... perdóname.
Esa disculpa había tardado tres años en llegar.
Josefina también se conmovió mucho al verla, y la rodeó con fuerza entre sus brazos.
—Catalina, la que

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