Capítulo 86
—Te lo puedo prometer: mientras ella no venga a buscarme problemas, yo tampoco le buscaré pleito. Pero si se atreve a meterse conmigo...
Catalina miró a Alejandro. —No voy a tolerarlo, y no creas que puedes usar esa deuda que tienes con ella para forzarme a saldarla por ti.
—Alejandro, tú puedes perdonarle todo lo que quieras, eso es asunto tuyo. Pero yo no le debo nada, y no puedes pedirme que yo también lo haga.
La voz de Alejandro era grave. —Lo sé.
Catalina entendió entonces que, al menos, habían llegado a un acuerdo inicial.
Se levantó y dijo: —Subiré primero. Si tienes trabajo, adelante, ocúpate de eso.
Dicho esto, sin esperar respuesta, Catalina se dirigió a la habitación.
Una vez dentro, recordó un detalle importante.
Si todo esto era solo una actuación, entonces no tenía sentido que ella y Alejandro durmieran en cuartos separados.
Eso significaba que... tendrían que compartir la misma habitación.
Y lo más preocupante era que esa habitación tenía una sola cama.
Solo de pensarlo

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