Kieran se dio la vuelta.
Tenía los ojos enrojecidos.
Me puse de pie. 'Cariño, ¿estás llorando?'
Parpadeó para secarse las lágrimas y levantó el bastón del embarazo.
'¿Qué es? ¿Qué dice? Estiré el cuello.
Me rodeó con sus brazos. 'Vamos a tener un bebé.'
'Oh.' Lo adiviné por su reacción.
'¡Vamos a tener un bebé!' Gritó. '¡Finalmente voy a tener una hija!'
Miré el bastón de embarazo. ‘¿Esas pruebas pueden indicar ahora el sexo del bebé? Guau.'
—No. —Se rió entre dientes y se echó hacia atrás. 'Solo deseo que sea una niña. Entonces tendrá un hermano mayor que la protegerá.
"Ken va a ser un buen hermano". Estuve de acuerdo. "Estará encantado de poder tener a alguien con quien ver Tom y Jerry".
Kieran leyó y releyó el resultado de la prueba de embarazo.
Estaba todo ahogado.
No fue hasta más tarde que descubrí por qué.
Él no estaba allí cuando nació Ken.
Nunca dijo nada al respecto, pero sabía cuánto lo lamentaba.
Estar presente en el nacimiento de nuestro segundo hijo fue un acto redentor p