Capítulo 21

Xavier cerró los ojos de repente. Después de un silencio, alzó la cabeza: —Amie, ¿qué necesitas para perdonarme? Amelia sacó apresurada un documento del cajón y lo deslizó hacia él. [Acuerdo de adquisición de acciones del Grupo Solaria] —Fírmalo.—dijo con total indiferencia.—Todas las acciones que tienes, las compraré al precio del mercado. Xavier quedó estupefacto: —¿Quieres... Grupo Solaria? —No.—Amelia se puso de pie; los tacones resonaron con un sonido seco sobre el suelo. Se inclinó y, con la punta de los dedos, señaló el contrato. —Lo que quiero es que seas tú mismo quien me entregue el Grupo Solaria... —no ocultaba en lo absoluto sus verdaderas intenciones.— Y después de eso, quiero que veas cómo, poco a poco, se destruye en mis manos. Los dedos de Xavier temblaron al rozar aquel contrato. Sabía a la perfección lo que significaba todo eso: Si lo entregaba, los años de esfuerzo dedicados al Grupo Solaria cambiarían de manos para siempre. Si no lo hacía... perdería para siempre la