Capítulo 172
En pleno invierno, Brisa, incapaz de contener por más tiempo su irritación por la terquedad de Lucía, estalló: —Con el tiempo que pasas intentando ganarte el favor de todos, mejor te irías a cuidar a Honorato, ¡o de lo contrario te arrepentirás!
—¿Honorato? —El corazón de Lucía se estrujó.
Un mal presentimiento comenzó de pronto a aflorar en su interior, y su expresión se tornó grave: —¿Qué quieres decir?
—No es nada, me voy, Wálter me está esperando, adiós.
Brisa se ajustó cuidadosa un mechón de cabello de su frente y, tras sostener la mirada de Lucía por unos cuantos segundos cargados de significado, se dio la vuelta y se alejó.
Mientras caminaba hacia la esquina, sacó una USB de su bolso.
Al ver el auto de Wálter al doblar la esquina, empezó a correr apresurada hacia él.
Lucía observó cómo Brisa giraba en la esquina, luego se volteó y arrojó furiosa la caja de comida térmica en un basurero, antes de conducir directo al hospital.
Una fuerte inquietud la embargaba; necesitaba ver a

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