Capítulo 12
Julio se dio cuenta demasiado tarde y empezó a arrepentirse.
Si no hubiera buscado emociones fuertes, si no hubiera tenido una amante fuera de casa, ¿acaso todo habría terminado así?
Pero en su círculo, todos los hombres eran iguales: una esposa en casa, una amante fuera, e incluso algunos tenían varias; había quienes hacían cosas mucho más descabelladas que él.
Paula también era cariñosa y comprensiva, ¿por qué Silvia no podía entenderlo y aceptarlo?
Julio estaba perdido y desconcertado.
No pudo pegar ojo en toda la noche.
Sentía una ansiedad y un desasosiego inexplicables en el pecho, una urgencia constante que lo apremiaba: más rápido, aún más rápido.
Se exigía encontrar a Silvia cuanto antes, si no, se arrepentiría el resto de su vida.
Las personas que había enviado a investigar tardaron mucho tiempo, pero finalmente llegó la noticia.
El asistente, con un fajo de documentos y una memoria USB en la mano, los puso delante de Julio.
—Jefe Julio, lo hemos averiguado. La señora Díaz...

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