Capítulo 18
Ella se sobresaltó ligeramente. —¿Por qué viniste?
Pero Teodoro no le respondió, solo miró su muñeca lastimada y apretó los labios.
—Primero te llevo al hospital.
Nancy no tenía muchas ganas de ir. —No pasa nada, solo fue un golpe.
—No, tienes que ir.
Él fue inusualmente firme.
—Si quieres que te cargue para salir de aquí, puedes intentarlo...
Nancy: —...
Mejor no, no quería hacer el ridículo.
Pero ese Teodoro… era un tipo muy raro.
Al final fueron al hospital, le hicieron una radiografía, el doctor dijo que no era nada grave, solo debía ponerse unas vendas y descansar unos días.
Nancy movió la muñeca sentada y no le dolía tanto como antes.
Cuando se preparaba para irse, vio que Teodoro venía con las vendas.
—Extiende la mano, te las voy a poner.
Ella, viendo lo terco que era, no tuvo opción y extendió la mano.
Él puso las vendas con cuidado y atención, como si ella fuera una porcelana.
Esa extraña sensación volvió a ella, Nancy apretó los labios para reprimirla.
Bromeando dijo:
—Si vi

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