Capítulo 35
La voz de Silvio no era alta, pero fue como una fuerte cachetada que golpeó con fuerza a José.
Él se quedó paralizado, con una expresión en el que mostraba emociones encontradas.
—Esto... señor Silvio, ¿Julia no es pariente de tu familia?
Él, al oír esas palabras, alzó una ceja y respondió con voz fría:
—No la conozco, no sé nada, no entiendo nada. Pero he oído que acabas de salir de la comisaría, así que debes comportarse con más honestidad. Si vuelve a meterse con personas que no debes, no será tan sencillo como una multa.
Dicho esto, bajó la mirada hacia Nancy y su tono cambió a uno de ternura.
—Vamos.
Ella asintió y se marcharon.
Estaba a punto de morirse de la risa.
José se había roto la cabeza intentando congraciarse con la familia García y al final ni siquiera logró que Silvio lo llamara por su nombre; ni idea de qué pensaba él.
Silvio rodeó con un brazo el hombro de ella, se dio la vuelta y se marchó con paso firme en el Rolls-Royce.
Mientras tanto, José se quedó parado, mirand

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