Capítulo 46
Pedro salió de la oficina con un estado de ánimo sombrío.
Miró la tarjeta de la sala privada en su mano; el jefe ya se había fijado en Lorena, y si no podía acostarse con alguien, no iba a dar su brazo a torcer.
Al volver a su despacho, la vio a Lorena.
—Lorena, más tarde tramita tu baja.
Lorena se quedó paralizada; llevaba menos de un mes allí, ¿no había pasado aún el periodo de prueba?
Al principio no le habían dicho nada sobre el periodo de prueba.
Pedro estaba visiblemente inquieto y sacó la carta de renuncia de inmediato. —No hace falta que vayas a finanzas a cobrar. Vete ahora mismo; es por tu bien.
Él también lo había decidido: por ese año dedicado a esta empresa de mala muerte ya había soportado demasiadas humillaciones; si seguía permitiendo que ese jefe le pisotease la poca dignidad que le quedaba, se la consumiría por completo.
—Señor Pedro, ¿en qué he fallado? —preguntó ella.
Pedro se llevó la mano a la frente y la frotó. —El jefe se fijó en ti; quiere que vayas a acompañar

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil