Capítulo 77
Salvador se molestó, y en su mirada se dibujó una frialdad feroz: —¿Tienes miedo de que la familia Herrera se arruine? ¿Comes tan poco para ahorrar por alguien más?
Le sirvió un plato de sopa, una que el chef había preparado especialmente para recuperar nutrientes y fortalecer el cuerpo.
—Tómate esto.
Norma, al oírlo, se enfadó de inmediato: —Claramente estás preocupado, pero en tu boca suena como si escupieras veneno. El día que ella realmente se escape, ya te veré llorando.
Salvador observó a Lorena beber unos sorbos de la sopa, luego le sirvió varios de sus platillos favoritos, cuidando de evitar el cangrejo.
—Si se atreve a huir, le rompo las piernas y la encierro.
El cuerpo de Lorena se estremeció. Sintió que aquella amenaza, por absurda que sonara, realmente sería capaz de cumplirla.
No tenía apetito, pero no le quedó más que bajar la cabeza y comer en silencio.
Salvador la miraba de perfil. Con lentitud, levantó la mano y le apartó un mechón de cabello detrás de la oreja.
Si no

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