Capítulo 12

El vuelo directo a Llanoazul, debido al mal clima, no despegó hasta la madrugada del día siguiente. Sofía estaba sentada junto a la ventana, observando cómo la ciudad se hacía cada vez más pequeña. Los paisajes familiares se reducían poco a poco, hasta desaparecer por completo. Y lo único que podía ver ahora eran montañas interminables y nubes que se extendían como algodón. A medida que el avión ascendía, Sofía sintió por primera vez que había dejado todo atrás de verdad. Era la primera vez en toda su vida que viajaba sola. Y era más extraño porque el destino era un país extranjero. Un plan que jamás habría imaginado antes, una decisión para la que siempre le faltó coraje. A veces pensaba que, si no hubiera perdido la memoria... Quizás todavía estaría atrapada en la jaula que ella misma había construido. Pero por otro lado... solo después de cambiarlo todo había descubierto que soltar no dolía tanto como imaginaba. Al saber que aquellas personas que ella amaba... nunca la habían amado,