Capítulo 19
Cuando Araceli volvió a abrir los ojos, se dio cuenta de que había sido llevada al hospital.
—Saúl...
Pero lo único que escuchó fue el bufido frío de Norma.
—Saúl no vino, solo estoy yo.
—¿Dónde está Saúl? ¿Está bien?
Ella intentó levantarse, pero Norma rápidamente la presionó de vuelta hacia abajo.
—Ey, no te muevas, todavía tienes heridas en la cabeza.
—No te preocupes, a Saúl no le pasó nada grave, solo se asustó un poco, está descansando en casa.
Araceli se recostó de nuevo en la cama, pero sin querer tocó su herida.
Norma, mientras reajustaba su almohada, comentó con sarcasmo.
—¡Ahora sientes el dolor, verdad? ¡Cuando Saúl cayó al agua, lo pasó mucho peor que tú!
Al recordar el rostro pálido de Saúl cuando fue rescatado, el corazón de Norma se llenaba aún más de pena por él.
Ella golpeó a Araceli varias veces para desahogarse.
—¡Sabías que Saúl no sabe nadar, y no rescataste a tu marido, sino a ese desgraciado!
—¡Ahora estás satisfecha, tu marido te ha dejado

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