Capítulo 201
Hospital.
Gonzalo entró y me lanzó una mirada indiferente. —¿Ya lo descubrieron?
Su tono destilaba un regocijo malicioso evidente. Yo estaba deprimida en extremo y no tenía el menor deseo de hablar con nadie.
Al escuchar esas palabras, la mirada de Salvatore se volvió gélida al posarse en Gonzalo.
Él le sostuvo la mirada, sonrió con sorna y ya no se molestó en disimular. Le dijo: —Ya que lo descubriste, no tiene sentido seguir ocultándolo.
—¿Entonces ya lo sabías desde antes? —Los ojos de Salvatore se afilaron y, de pronto, soltó una risa breve, cargada de frialdad y sarcasmo.
¿Sabías desde hace tiempo que ella había perdido la memoria?
Gonzalo asintió. —En cuanto vi su informe médico, noté algo extraño. Pero me intrigaba cuánto tardarías en darte cuenta.
Salvatore respiró hondo, como conteniendo una furia reprimida.
—Si ya lo sabías, ¿por qué no me lo dijiste? —lo increpó.
Gonzalo se encogió de hombros con indiferencia. —¿No lo mencioné ya? Quería ver cuánto tardabas en notar la anoma

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