Capítulo 204
—Yo nunca he dicho eso. —Salvatore arrugó la frente y me interrumpió—. Solo pienso que eres celosa, nada más. Nunca tuve otras intenciones con ella.
—Ah, ¿sí? —Aparté su mano—. Aquella vez, junto a la piscina, fue Valeria quien me empujó al agua y me obligó a abrir los ojos para ver a quién salvarías. Y, tal como esperaba, la salvaste a ella. ¿Todavía quieres justificarte delante de mí?
La expresión de Salvatore se ensombreció de golpe; parecía tan sorprendido como enfurecido. —¿Por qué nunca me lo dijiste?
—¿Y por qué tendría que decírtelo? —Mi expresión rebosaba impaciencia.
Salvatore respiró hondo, como si tratara de contenerse.
Pasó mucho tiempo antes de que, con voz ronca, me dijera: —Bianca, sé que has perdido la memoria, por eso no confías en mis palabras. Cuando la recuperes, ya no hará falta que te explique nada.
Me limité a soltar una risa fría, sin ganas de prestarle más atención.
Tras un largo silencio, me miró y preguntó: —¿De verdad no recuerdas absolutamente nada?
Despué

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