Capítulo 66
—Ya lo he hecho.
Le dije: —Desde aquel día, en la piscina, cuando me caí por accidente al agua y él, sin dudarlo, eligió salvar a Valeria, supe lo que debía hacer...
Aún no había terminado de hablar cuando Carlos me interrumpió bruscamente. —¿Y supiste que debías abrir bien los ojos y buscar a un hombre que, sin dudarlo, eligiera salvarte a ti?
—No.
Negué con la cabeza y respondí: —A partir de ese momento entendí que debía aprender a nadar.
—Si alguien me salva, por supuesto que estará bien; pero si nadie lo hace, también debo aprender a no depender de nadie.
Carlos parecía no haber esperado esa respuesta. Se quedó callado un instante y, tras un largo rato, dijo: —Está bien. Vuelve primero a casa. Lo pensaré con calma y te contactaré llegado el momento.
Asentí y me puse de pie para marcharme.
Pero él volvió a detenerme, con un tono a medio camino entre la broma y la advertencia. —No vaya a ser que cuando te llame, estés otra vez encerrada en tu casa sin poder salir. En ese caso, solo h

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