Capítulo 834 Me recuerdas a esa niñita

Sotiria se detuvo y miró distraídamente el rostro devastadoramente apuesto de Zachary. “¿Cuánto amas a Charlotte Simmons?”. Zachary sintió como si un cuchillo le hubiera atravesado el corazón cuando escuchó ese nombre. Sin embargo, estaba acostumbrado a ocultar sus sentimientos, así que simplemente frunció el ceño. “¿Eso cómo está relacionado con lo nuestro?”. “Lo está”. Cada vez que Zachary la examinaba con sus grandes pero fríos ojos, Sotiria no podía evitar sentir que el corazón le latía con fuerza contra el pecho. Ella tenía que obligarse a sí misma a estabilizar su respiración para evitar parecer demasiado nerviosa. “Puede que no sepa los detalles del rencor entre tú y Garrison, pero sé que tu venganza contra él tiene algo que ver con Charlotte Simmons. Eres la figura más noble de Rothesay. Las celebridades y las estrellas hacen fila para entregarse a ti, y las has ignorado a todas. Sin embargo, te has acercado a mí solo para vengarte de Garrison. Me has abrazado, me has besado, y hasta me has empujado en el sofá y… ¡Cof!”. La cara de Sotiria se encendió un poco. Ella se encogió de hombros, aparentando tranquilidad. “Tú mismo lo dijiste en la casa de Rena, me has investigado, así que sabes qué tipo de mujer soy. Como eres alérgico a las mujeres, debes haber sentido asco al estar cerca de mí, cuando me abrazabas o me besabas. Solo me preguntaba, ¿cuánto amas a Charlotte Simmons que estarías dispuesto a ir en contra de tu voluntad, renunciar a tu dignidad y seducirme, solo para vengarte de Garrison?”. Los ojos oscuros como la tinta de Zachary brillaron con un brillo extraño. Luego, levantó la ceja en broma. “¿Me creerías si te dijera que me recuerdas a esa niñita?”. “¡Ja!”. Sotiria sintió como si hubiera escuchado el chiste más gracioso del mundo. “No soy tan estúpida como para tener tal falta de autoconocimiento. Una mujer que haría que te enamoraras tanto de ella no tendría simplemente una apariencia espectacular y hermosa. Su corazón debe ser limpio y puro. Y yo… jeje… no me puedo comparar con ella”. Zachary abrió sus labios perfectamente formados muy ligeramente, pero parecía que no podía decir una palabra más. '¡Es cierto! Aunque Charlotte me traicionó, todavía me parece pura e inmaculada. Ella ha tomado la posición más importante en mi corazón. Desde que se fue, cada vez que pienso en ella o escucho a alguien mencionar su nombre, siento como si me hubieran atado un nudo en el corazón. Me llena de anhelo y tristeza. Incluso yo, un hombre majestuoso y real, me siento sofocado'. “¡Lo sabía! ¡Tenía razón!”. Sotiria respiró hondo e hizo todo lo posible por curvar las comisuras de los labios. “Bueno pues, Señor Connor, me gustaría decirte que sin importar lo mal que me haya comportado en mis asuntos personales en el pasado, quiero pasar página. Seré completamente leal a mi prometido. Nunca aceptaré convertirme en tu amante, sin importar cuánto me amenaces. Ríndete”. Ella comenzó a caminar una vez que terminó de hablar y rápidamente pasó junto a Zachary. Tan pronto como ella abandonó su vista, ella ya no pudo contenerlo más. Su rostro estaba lleno de decepción. '¡Niñita! Es perfectamente comprensible que Zachary use un apodo tan íntimo para su querida esposa. Él la amaba mucho, después de todo. Pero, ¿por qué sentí celos tan intensos cuando dijo eso?'. Al mismo tiempo, ella recordaba vagamente que un hombre la había llamado una vez por este mismo apodo cálido y cariñoso antes de que perdiera la memoria… '¡Espera! Creo que lo recuerdo. Ese hombre que una vez me llamó por ese nombre era tan majestuoso e impresionante como Zachary. También tenía un aura intimidante. Sus ojos eran tan deslumbrantes como cristales. Cuando emitían calidez, parecía que podían derretir todos los glaciares del mundo…'. “¡Ay!”. Sotiria sintió un dolor punzante y dejó escapar un gemido bajo. Esta era la primera vez que le dolía tanto la cabeza después de perder sus recuerdos. El doctor había dicho que era como si sus recuerdos estuvieran en una caja cerrada. Cuando recibía ciertos estímulos, le dolía la cabeza. Cuanto más dolía, más significaba que la caja de sus recuerdos estaba aún más cerca de ella… Sin embargo, antes de que esta caja pudiera abrirse, no podía esforzarse demasiado en recordar, o correría el riesgo de sufrir parálisis cerebral. No podía seguir tratando de recordar más. “¿A dónde irás ahora?”. La voz clara y fría de Zachary era como un instrumento musical desde la cima de una montaña de hielo.