Capítulo 7 Retiro

Al final, Enrique se fue. Cuando Enrique salió del dormitorio, en realidad Mariana había querido detenerlo. Quiso decirle que, si no quería divorciarse, entonces debía elegir entre ella y Cecilia. Pero Mariana no lo hizo. Porque sabía que, aunque se atreviera a preguntarlo, Enrique solo pensaría que ella estaba haciendo un escándalo sin sentido. Además, él tampoco haría ninguna elección. El amanecer llegó pronto. Mariana despertó aún aturdida justo cuando recibió la llamada de una colega. La celebridad con la que habían acordado grabar el comercial canceló a último momento. Mariana se levantó de inmediato, instruyendo que activaran el plan B, mientras llamaba a la agencia de representación. Pero en la agencia tampoco podían hacer nada; dijeron que era decisión personal de la artista y que no podían intervenir. —No quiero grabar esto. Apenas Mariana llegó a la puerta, escuchó la voz de Lucía Pérez dentro. —¿Qué clase de agencia tan basura es esta? ¿Por qué debería grabar yo esto? —Esto... La asistente de Mariana, molesta, iba a entrar a discutir, pero Mariana la detuvo y ella misma llamó a la puerta. Quien abrió era la representante de Lucía. Al verla, enseguida le sonrió. —Gerente Mariana, qué bueno que llegó. Luci la estaba buscando. Al escuchar la voz, Lucía se giró de inmediato y, al ver a Mariana, soltó una risa fría. —Mira nada más, ¿no es la señora Sánchez? —Hola, Lucía. Mariana ignoró el tono sarcástico y preguntó: —Quisiera saber cuál es la razón por la que hoy rechaza la grabación. —Es muy simple: porque tú eres la responsable de este proyecto, así que no quiero grabar. ¿Algún problema? —Entendido. Mariana respondió rápidamente: —Entonces, si yo me retiro ahora del proyecto, ¿usted cooperará con la grabación? La respuesta de Mariana tomó por sorpresa a Lucía. Después de mirarla por unos segundos, Lucía solo soltó una risa despectiva. —No me hagas reír. Te lo advierto, no voy a trabajar con tu empresa, venga quien venga es igual. Pero Mariana mantuvo la calma. —Sin embargo, Lucía, ya tenemos alquilado el estudio, y varios de sus seguidores más influyentes conocen la agenda de hoy. Probablemente ya haya personas allí esperando para apoyarla. Si usted falta sin justificación, ¿no cree que eso podría afectar su imagen? Apenas Mariana terminó de hablar, la cara de Lucía cambió de inmediato. —¿Me estás amenazando, Mariana? ¿Quién te crees que eres? ¡Sinvergüenza! Si no hubieras chantajeado a Enrique con ese acuerdo entre familias, ¡él jamás se habría casado contigo! ¡Me das asco! Al decir esto, los ojos de Lucía casi se llenaron de lágrimas. Todo el mundo en el medio sabía que Lucía estaba enamorada de Enrique. La familia Pérez tampoco era poca cosa, y Lucía había entrado al mundo del espectáculo solo por diversión. En otras palabras, Lucía y Enrique hacían mejor pareja que Mariana. —Lucía, ahora hablamos de trabajo —dijo Mariana—. Si no le agrado, yo me retiro, pero le pido por favor que vaya al set ahora mismo. Si sus seguidores arman un escándalo, nadie quedará bien parado. —Tú... Lucía quería decir algo más, pero en ese momento su representante intervino. —Basta, Luci, deja el drama y ven conmigo, tus seguidores te están esperando allá. Dicho esto, la representante miró a Mariana.—Gerente Mariana, ¿la joven que está afuera es su asistente? ¿Por qué no deja que ella nos acompañe al estudio? Usted debe estar ocupada, así que no la molestamos más. Mariana miró primero a Lucía y luego asintió. —De acuerdo.