Capítulo 27

—Sí, es doloroso. Andrea no mostró ni un ápice de piedad. Esa relación ya estaba destruida por completo, y no quería seguir arrastrando una vez más el asunto ni mantener un vínculo tan turbio. Pero esas palabras fueron como una cuchilla, clavándose en el corazón de Jaime, causándole un dolor tan profundo que le resultaba difícil respirar. —¿Y él? Jaime sonrió con amargura, levantó la mano y señaló a Sergio, que estaba a su lado, preguntando: —¿Acaso te has enamorado de él? En cuanto terminó de hablar, ambos se quedaron sorprendidos. Sergio miró silencioso hacia abajo, hacia Andrea, y también esperaba su respuesta. Pero Andrea permaneció en absoluto silencio. ¿Lo quería? Quizás solo era una simpatía, ¿verdad? Después de todo, él no solo era guapo, sino que además tenía capacidades y una formación que muchos hombres no tenían, lo cual hacía que fuera normal sentirse bastante atraída por él. Pero no podía responder de manera honesta. Si Jaime le daba tanta importancia, ella aprovecharía l