Capítulo 15
Emilio seguía impasible.
—En el momento de la adopción, Esther, tú tenías opción. Fuiste tú quien eligió a la familia Campos. Sé que en ese entonces investigaste con detalle y pensaste que la familia Campos era mejor, más rica. Después, incontables veces, la familia Campos quiso romper el vínculo de adopción contigo; con que hubieras aceptado, habrías escapado, habrías encontrado una nueva familia adoptiva. Fuiste tú la que no quiso dejarla.
Esther se desahogó lo suficiente.
Creía que, al menos, podría ver en los ojos de Emilio un rastro de compasión.
Pero en su mirada solo apareció una impaciencia absoluta.
Esther mordió su labio y, de pronto, cambió de tema. —Emilio, dices que no sientes nada por mí...
Se inclinó deliberadamente hacia él, tirando de su escote para que Emilio, al otro lado, pudiera ver el surco entre sus pechos.
—Pero yo recuerdo que, en la cama, en el jardín, en el baño del hospital... Cada vez parecías muy apasionado. —Esther sonrió con burla—. ¿Qué pasa, Emilio? ¿T

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