Capítulo 262
—Buenas.— El agente de tráfico saludó y preguntó concierta curiosidad: —¿Qué ocurrió hace un momento en el auto? ¿Se conocen ustedes?
Ana estaba a punto de hablar, pero en ese momento Agustín, temiendo que ella dijera algo inconveniente, se adelantó con rapidez a explicar: —Sí, nos conocemos. Ella es la esposa de nuestro jefe. En el auto, hace un momento...
—Cállese, le estoy preguntando a ella, no a usted.— El agente lo miró con una advertencia y luego se volteó hacia Ana con un tono más amable: —No se preocupe señorita, dígame la verdad. Con nosotros aquí, no tiene nada de qué temer.
—Nosotros...— Ana abrió los labios con calma.
—¡Señora López!— Agustín, visiblemente nervioso, miró asustado a Ana.
Ana le lanzó una mirada fugaz y luego continuó lo que iba a decir: —Sí, nos conocemos.
Al escucharla decir que se conocían, Agustín por fin respiró aliviado.
Pero antes de que pudiera exhalar por completo, la voz de Ana volvió a sonar: —Ellos irrumpieron en mi casa sin mi permiso. Me arreba

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil