Capítulo 285
Ya que había llegado a ese punto tan crucial, no le quedaba más remedio que seguir adelante.
Antes había actuado con demasiada impulsividad, sin pensar bien en las consecuencias de ir a buscar a Rocío. Al final, seguía siendo...
Tomás respiró profundo y contuvo la irritación que lo embargaba en ese momento. Guardó el teléfono y continuó avanzando.
Llegó al vestíbulo del hospital.
La luz de la sala de guardia estaba encendida. Tomás se acercó silencios y levantó la mano para tocar el cristal.
A esas horas, todo estaba mucho más tranquilo. La joven enfermera de guardia se encontraba recostada sobre la mesa, entretenida con el celular. Al oír el golpeteo en el vidrio, alzó la cabeza de inmediato.
Tomás prácticamente había estado viviendo en el hospital durante todos estos días. Como el personal médico no era muy numeroso, casi todos lo conocían ya.
Al reconocerlo, enseguida la enfermera le sonrió, corrió la ventanilla de cristal y asomó la cabeza para preguntar en voz baja: —Señor Tomás,

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil