Capítulo 294

Rocío se quedó asombrada por un momento. Miró a Javier y curvó sus labios en una expresión alegre y sonriente. Esa sonrisa fue captada justo por Tomás, que acababa de bajar del auto. Él se quedó en ese lugar, asombrado, al ver la brillante sonrisa en los labios de Rocío. Sintió como si le hubieran arrojado una botella de vinagre en el corazón; los celos se extendieron desde lo más profundo de su ser. Ya no recordaba cuánto tiempo había pasado desde la última vez que Rocío le había mostrado una sonrisa de esa manera. Ni siquiera Tomás habría imaginado que llegaría el día en que, al verla sonreírle a otro hombre, sentiría celos. No se atrevía a reflexionar en ese pensamiento. Si en realidad llegaba el día en que Rocío eligiera a otro hombre, no sabía si perdería la cabeza y la conciencia en ese instante. Solo sabía que jamás hubiera podido aceptar un resultado así. La mirada de Javier se fijó en Rocío, y ni él mismo se dio cuenta de que, en el instante en que la vio, su cuerpo entero se