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Aprendí a dejar irAprendí a dejar ir
autor: Webfic

Capítulo 7

Después de decir estas palabras, Teodoro colgó con el rostro sombrío. Carla, agotada, cerró los ojos. —No debiste contestar mi llamada sin permiso. Entonces, Teodoro se dio cuenta de que Carla se había despertado; con rapidez se sentó a su lado y, con una expresión de nerviosismo, tomó la mano de Carla. —¿Te has despertado? ¡Qué bien! Me alegra mucho ¿Sabes cuánta sangre perdiste? Estaba a punto de volverme loco de preocupación. Carla miró con frialdad a Teodoro sin decir una sola palabra. Al verla así, Teodoro preguntó con cierta culpabilidad: —¿Estás enojada? —No te enojes, no es que no quisiera salvarte, es solo que desde mi posición no podía verte en lo absoluto. —Después de salvar a Lorenita me di cuenta de que tú también estabas en ese lugar. En ese preciso momento, sentí que mi corazón se partía en dos. Si hubiera sabido que también estabas tú, ¡te habría salvado primero sin duda alguna! De repente, Carla se dio cuenta de que ya no podía distinguir cuáles de las palabras de Teodoro eran verdaderas y cuáles eran falsas. Qué triste era todo esto; habían compartido la cama durante cinco años, y el hombre frente a ella debería haber sido la persona más íntima y en quien ella más confiaba. Pero ahora, al mirar a Teodoro, solo sentía extrañeza. Aquel hombre del que había estado enamorada con el alma ya había desaparecido de su memoria hace rato y no podía recuperarse jamás. —Estoy cansada —Carla volvió a cerrar los ojos, ya no quería mirarlo un segundo más. Obviamente, Teodoro aún quería decir algo, pero al ver que Carla ya había cerrado los ojos, solo pudo suspirar, resignado. —Entonces, descansa, voy a ocuparme de unos asuntos importantes de la empresa y volveré pronto para acompañarte. Sin embargo, unos minutos más tarde de que Teodoro se fue, Carla recibió de nuevo un video comprometedor enviado por Lorena. En el video, Lorena abrazaba el brazo de Teodoro y le preguntaba feliz: —Teodoro, ¿de verdad vas a dejarle todas las propiedades de la familia Flores a Iván y Alma? —Sí —Teodoro respondió en un tono preocupado—. Ya le pedí al abogado que preparara los documentos. Cuando comience la fiesta, firmaré los papeles ante todos y ante todos los medios, reconociendo ante el público presente que Iván y Alma son mis únicos herederos. —Iván heredará el Grupo Altura Empresarial, y Alma recibirá más de la mitad de las propiedades de la familia Flores, así como todas las joyas valiosas que tienen mi madre y Carla. Aquellas joyas, cada una valía cientos de miles de dólares, e incluso millones de dólares... ¡sumadas todas, valían una fortuna incalculable! Lorena no pudo evitar mostrar una expresión de satisfacción, aunque aún fingió preguntar: —¿Carla estará de acuerdo? Al fin y al cabo, Iván y Alma no son sus hijos biológicos. Si algún día ella llega a tener hijos propios... —Carla no tendrá hijos —Teodoro respondió con un tono determinante—. Iván y Alma serán sus únicos hijos. —No tiene elección. No le permitiré tener hijos. Solo podrá criar a Iván y Alma como si fueran suyos. —Lorenita, aunque no puedo darte un matrimonio estable ni un amor completo, quiero que tengas la certeza de que toda mi fortuna pertenecerá a nuestros hijos — Teodoro sostuvo la mano de Lorena y le prometió una y otra vez que esto lo haría al pie de la letra. —Carla tiene mi corazón, ¡pero tú y los niños tendrán toda mi fortuna! El video terminó de forma abrupta. Carla apretó el celular con fuerza. Él le había extirpado el útero, y aún quería que ella criara a los bastardos que había tenido con otra mujer. ¡Bien! ¡De acuerdo! ¡Muy bien! "Teodoro, esto es lo que llamas tu amor por mí..." Carla respiró profundo y luego llamó a Cristian. —¿Tienes listo el acuerdo de divorcio? Envíaselo a Teodoro ahora mismo. —Él ha organizado una suntuosa fiesta para anunciar públicamente que va a entregar todas las propiedades de la familia Flores a esos hijos ilegítimos. —La ubicación de la fiesta debe ser fácil de encontrar. Ve enseguida y asegúrate de que firme sin problema el acuerdo de divorcio antes de que haga el anuncio. —La mitad de los bienes que le pertenecen, que se los dé a quien quiera; pero mi mitad, ¡prefiero tirarla al mar antes que dárselos a ellos! Después de terminar la llamada con Cristian, el equipo profesional encargado de organizar la desaparición total de Carla también le envió un breve mensaje. [Señorita Carla, todo está listo, puede marcharse en cualquier momento]. Por fin, en el rostro agotado de Carla mostró sonrisa. Envió su ubicación y, en menos de media hora, el equipo envió a alguien para recogerla. Acompañada por el equipo profesional, Carla abordó un avión rumbo a un país extranjero. Antes de que el avión despegara, Carla reenvió a Teodoro uno a uno todos los videos que Lorena le había mandado. Al final, también añadió una pequeña frase. [No hace falta que te disculpes, no te perdono]. Después de enviar el mensaje, tiró el celular a la basura y subió decidida al avión. Al mismo tiempo, también daba comienzo la fiesta de la familia Flores. En la fiesta reinaba el lujo y el desenfreno total; casi todas las personalidades y celebridades de la alta sociedad estaban presentes. También había un gran número de periodistas de todos los medios de comunicación, todos ya habían instalado sus respectivas cámaras, esperando ansiosos que Teodoro anunciara la decisión importante que había tomado. —Gracias a todos por sacar tiempo de sus agendas tan ocupadas para asistir a la cena del Grupo Altura Empresarial — dijo Teodoro con voz firme—. Hoy los he invitado porque tengo algo importante que anunciarles. —Estoy seguro de que algunos medios ya han captado algunas noticias. Hace un tiempo, mi esposa Carla y yo adoptamos a un par de gemelos. —Siempre he creído que no hay ninguna diferencia entre los hijos adoptivos y los biológicos, así que hoy quiero, ante todos los medios de comunicación, anunciar públicamente que voy a transferir todos los bienes del Grupo Altura Empresarial a... Antes de que terminara de hablar, Cristian irrumpió y gritó alta todo pulmón: —¡Señor Teodoro! Soy Cristian, el abogado de divorcio de la señora Carla, ella me ha encargado todo lo correspondiente a su divorcio. —Aquí está el acuerdo, ¡por favor fírmelo!

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