Capítulo 1219 Un árbol tiene su corteza, las personas tienen su orgullo

Cuando Jin Fengyao se enteró de que su hermano mayor había regresado a la Capital, pospuso inmediatamente todo lo que tenía previsto y se dirigió a la Capital por su cuenta. Cuando llegó a la casa de los Fang y vio a Jiang Sese, se apresuró a preguntar: “Cuñada, ¿cuál es la situación ahora?”. “Ahora está en la residencia de Shangguan”. Jin Fengyao frunció el ceño. “¿No están dispuestos a entregarlo?”. Jiang Sese también frunció el ceño. “No lo están”. “Esto no funcionará. Es mi hermano y tu marido. Debemos recuperarlo”. Viendo que estaba ansioso, Jiang Sese le persuadió: “Fengyao, no te preocupes, mi tío está pensando en un plan”. Cuando mencionó esto, Jin Fengyao recordó de repente algo. “Creo que sé lo que tu tío está planeando”. “¿Qué?”. “El Grupo Fang ha suspendido todos los proyectos de cooperación con el Grupo Shangguan. Esto ha sido un duro golpe para el Grupo Shangguan”. Jin Fengyao le transmitió lo que había visto en las noticias. Jiang Sese frunció el ceño. “Pero la suspensión de los proyectos también afectará al Grupo Fang”. “Sí, lo hará”. Jin Fengyao se quedó pensando un rato. “Ambas partes sufrirán grandes pérdidas”. “No lo creo”. Jiang Sese sacudió la cabeza. “No puedo permitir que el Grupo Fang caiga en una crisis por mi culpa”. “¿Crisis?”. Jin Fengyao levantó las cejas. “Eso no es necesariamente cierto. Después de todo, el Grupo Jin y el Grupo Fang todavía tienen proyectos en marcha, así que no habrá ningún problema importante por el momento”. “Me alegro”. Jiang Sese dio un suspiro de alivio. Jin Fengyao reflexionó un momento y luego dijo: “Sin embargo, no podemos confiar únicamente en el Grupo Fang para presionar a Shangguan Yuan. Tendré que involucrarme”. “Iré contigo”. Aunque su tío le pidió que esperara en casa, no había forma de que se podía quedar sin hacer nada. En lugar de estar ansiosa en casa, era mejor ir directamente a la casa de los Shangguan. Tal vez, todavía había esperanza. Jin Fengyao asintió. “De acuerdo, vayamos juntos”. ... Tras regresar del hospital, Jin Fengchen se sintió cansado y subió directamente a descansar. Shangguan Yuan entró en la habitación, se acercó a la cama y se inclinó para arroparlo. Su mirada se posó en el rostro de Jin Fengchen y parecía preocupada. Aunque la droga podía hacerle olvidar su pasado, también debilitaba su cuerpo y se cansaba con facilidad. Tenía que pensar en una forma de mejorar su estado físico. “Señorita”. Una voz llamó suavemente. Shangguan Yuan se giró. Era el mayordomo. Estaba junto a la puerta con una expresión de preocupación en su rostro. Salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí, luego preguntó: “¿Qué pasa?”. “La Señorita Jiang está aquí”. La expresión de Shangguan Yuan cambió. Sabía que Jiang Sese no se rendiría, pero no esperaba que viniera tan pronto. “Dile que no quiero verla”. El mayordomo inclinó la cabeza respetuosamente. “Sí”. Observó cómo el ama de llaves se dirigía a la planta baja. Shangguan Yuan entrecerró los ojos llenos de malicia. En cualquier caso, no devolvería a Jin Fengchen. Al ser informada por el mayordomo de que Shangguan Yuan no quería verlos, Jiang Sese se agitó. Empujó al mayordomo a un lado y corrió hacia las escaleras. Quería subir para encontrar a Shangguan Yuan en persona. “¡Cuñada!”. “¡Señorita Jiang!”. Tanto Jin Fengyao como el mayordomo exclamaron mientras se apresuraban a alcanzarla. Jiang Sese subió rápidamente las escaleras, preparándose para buscar en todas las habitaciones. Sin embargo, no esperaba ver a Shangguan Yuan en cuanto llegó a lo alto de la escalera. Se miraron fijamente. Jin Fengyao y el mayordomo subieron tras Jiang Sese, uno tras otro. “Señorita, subió corriendo de repente, pero no pude detenerla”, explicó rápidamente el mayordomo, temiendo que lo culparan. “Puede irse”. Al oír esto, el mayordomo se dio la vuelta inmediatamente y se dirigió de nuevo a la planta baja. “¿Dónde está Fengchen?”, preguntó Jiang Sese en voz alta. “Está durmiendo”. Shangguan Yuan se dirigió lentamente hacia ella. “Se ha olvidado de ti. ¿Por qué no te rindes?”. Jiang Sese se burló. “Es mi marido. ¿Por qué debería rendirme?”. “Se ha olvidado de ti”. Shangguan Yuan se coloco delante de ella, mirándola con lástima. “Sese, aunque vuelva contigo, no recordará el pasado. Solo se pondría triste. Es mejor olvidarlo”. “¡No lo ha olvidado!”. Jiang Sese no pudo evitar levantar la voz. “Es solo temporal. ¡Se acordará!”. “Jajaja...”. Shangguan Yuan rio de repente y sonrió burlonamente. “¡Eres tan ingenua!”. “Independientemente de si soy ingenua o no, debo llevarlo de vuelta hoy”. La expresión de Jiang Sese era muy firme. “¿Llevarlo de vuelta?”. Shangguan Yuan levantó las cejas. “¡Me temo que eso es imposible!”. “Señora Shangguan, un árbol tiene su corteza, y la gente tiene orgullo. ¿Está dispuesta a renunciar a todo eso?”. Jin Fengyao no pudo evitar intervenir. Shangguan Yuan levantó la cabeza y sus ojos se posaron en su rostro, que era algo similar al de Jin Fengchen. Sus labios se curvaron en una sonrisa. “¡Por él, sí que puedo renunciar a mi orgullo!”. Jin Fengyao se quedó sorprendido. No podía creer que alguien pudiera ser tan desvergonzada como para llegar a tales extremos. Jiang Sese respiró profundamente. “Yuanyuan, por los viejos tiempos, devuélveme a Fengchen, por favor”. Su tono no era tan firme como antes, y era como si estuviera rogando. “Lo que digas es inútil. Vete”. Shangguan Yuan gritó: “¡Mayordomo, acompáñalos afuera!”. El mayordomo se apresuró a subir después de escuchar la orden y le dijo cortésmente a Jiang Sese: “Por favor, váyanse. Los dos”. Jiang Sese vino con la intención de llevarlo a casa. No podía irse tan fácilmente. “Yuanyuan, él no te ama. ¿Quieres vivir tu vida con un hombre que no te ama?”. Estas palabras dieron en la llaga de Shangguan Yuan. Su expresión se tornó fea, pero todavía mantuvo cierto grado de aplomo. “¡Él me ama, la persona que ama ahora soy yo!”. Jiang Sese rio suavemente. “Tienes miedo de que un día recuerde de repente el pasado, y recuerde los sucios trucos que utilizaste para obligarlo a permanecer a tu lado. Para entonces, ¡te odiaría mucho!”. “¡Imposible! ¡Imposible!”. Shangguan Yuan entró en pánico y gritó: “Mayordomo, sácalos de aquí. ¡Lárguense!”. “¡Sí, Señorita!”. El mayordomo extendió la mano para agarrar a Jiang Sese, pero ella lo evitó. Jiang Sese miró las puertas cerradas detrás de Shangguan Yuan, una idea brilló en sus ojos. “¡Fengchen!”. Ella gritó de repente. Shangguan Yuan se sobresaltó y se giró rápidamente para mirar. ¡Ahora era el momento! Jiang Sese la empujó al suelo y corrió hacia las puertas. Al ver esto, Shangguan Yuan gritó mientras caía al suelo. “¡Mayordomo, detenla!”. Con solo la zancada de sus larguiruchas piernas, Jin Fengyao bloqueó el camino del mayordomo y dijo con una sonrisa: “Ni se te ocurra”. Shangguan Yuan se levantó rápidamente y exclamó con severidad: “¿Sabes lo que estás haciendo? Estás en una propiedad privada. Puedo hacer que te arresten”. “¿Eso crees?”. Jin Fengyao parecía tranquilo y relajado. “Adelante, entonces te acusaré de encarcelar ilegalmente a mi hermano”. “¡Tú!”. Shangguan Yuan estaba tan furiosa que no podía hablar. “Señorita Shangguan, si todavía tiene una pizca de conciencia, devuelva a mi hermano a mi cuñada”. “¡Imposible!”. Shangguan Yuan lo apartó de un empujón y se apresuró a detener a Jiang Sese. Jiang Sese ya había abierto las puertas de dos de las habitaciones, pero no encontró a Jin Fengchen. Solo quedaba una habitación. Se quedó mirando la puerta cerrada. Su corazón latía con fuerza.