Capítulo 140
Parecía una queja, una acusación una complejidad de cosas.
Como si Viviana lo hubiera engañado, le hubiera sacado dinero y amor, y al final de cuentas lo hubiera abandonado para lanzarse a los brazos de David.
Viviana se quedó sin palabras.
Le devolvió la mirada a Cipriano con una profunda calma, como si estuviera observando a un niño con alguna deficiencia mental.
Finalmente, Cipriano volvió a dirigir la vista hacia el rostro impasible de David: —Lo que dijo el jefe Yago... También es lo que yo pienso.
Su expresión seguía siendo altiva y sombría, pero el tono ligeramente áspero de su voz traicionaba su verdadero estado emocional.
David tenía un cierto brillo burlón en la mirada: —¿Lo que dijo el jefe Yago? Disculpa, tengo mala memoria. Jefe Cipriano, ¿podrías repetirlo?
Cipriano furioso se quedó callado.
Apretó los puños con fuerza.
¿Rogarle a David? ¡Imposible!
Se levantó con brusquedad, dispuesto a irse.
Yago se apresuró a levantarse y lo sujetó, lanzándole una mirada que le suplica

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