Capítulo 211
David dijo en voz baja: —Al ir directo hacia ella se asustará de nuevo.
—...¿Asustada de qué?
—No lo entiendes.
Teodoro admitió que en realidad no entendía.
Ambos conducían por la ciudad a mitad de la noche sin poder dormir, siguiéndose el uno al otro sin ser descubiertos... ¿estaban como tontos jugando al escondite?
David observó el auto a lo lejos durante mucho tiempo, sacó su celular y revisó atento los lugares por donde ella había pasado, notando que había farmacias cerca.
De pronto, lo entendió.
Buscó un número en la agenda y llamó.
Viviana, apoyada con dolor en el volante, casi se había quedado dormida.
Se despertó medio dormida y condujo de regreso al apartamento.
Al bajar del auto y dirigirse al control de acceso, vio desde lejos a un hombre alto y guapo vestido con una camiseta y jeans negros, sosteniendo una caja grande.
—¿Teo? —exclamó algo sorprendida,— ¿A esta hora, tú... esto es...?
—Vine a traerle medicinas a Enrique. —respondió Teodoro.
—¿Qué le pasó a Enrique?
Viviana

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