Capítulo 223
Viviana notó que su mirada se tornaba aún más aterradora.
Ese día su temperamento había sido terrible, ¿todo por un malentendido sobre una cita?
¡Qué exagerado era!
Caminó apresurada hacia la salida.
Decidida a no seguir causando daño a los demás.
David la siguió a paso lento, manteniendo una distancia prudente de tres o cuatro pasos, con una expresión seria y sombría... como si escoltara a un prisionero.
A un condenado a muerte, más bien.
Varios observaron cómo salieron del restaurante.
Ricardo, algo nervioso, se quedó sentado en la mesa del enfrente y le gritó a Rosa, que estaba comiendo carne: —¡Hermana, a dónde llevará a Vivianita? ¿Correrá peligro Vivianita? ¡Deberíamos rescatarla!
Samuel se preguntó con cierta curiosidad: ¿Cómo es que la llamaba hermana?
Rosa respondió: —No hace falta rescatarla, sigue comiendo tranquilo, los niños no deben meterse en asuntos de adultos.
Terminó de hablar y golpeó con fuerza la cabeza de Ricardo.
—¡Hermana!
—Deja de molestarme, ten cuidado o te g

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