Capítulo 225
De repente, se rió.
¿Acaso ante sus ojos él representaba ese camino errado que no debería tomar?
Viviana no se atrevió a mirarlo.
Bajó la cabeza y dijo: —Tengo cosas que hacer esta tarde, voy a comer primero.
Esta vez, no le preguntó si podía irse, simplemente se dio la vuelta y salió apresurada de la habitación con decisión.
Él está bien.
Sus besos también la hacían sucumbir.
Pero él era un hombre que encantaba a las mujeres; si se proponía conquistar a una, ¿cómo no iba a tener éxito?
Para él, desearla o no era algo muy sencillo.
Pero ella... ya no tenía fuerzas para resistirse al mundo por un hombre.
...
Viviana regresó al restaurante.
Tan pronto se sentó, tomó un vaso para beber agua.
El hormigueo en sus labios aún no había desaparecido, y su aliento siguió envolviéndola como una droga de sumisión.
Bebió agua como si estuviera medio consciente, mientras escuchaba la voz melancólica de Rosa: —¿Solo veinte minutos? ¿David era tan rápido?
Viviana se atragantó con el agua.
Teodoro y Sa

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