Capítulo 247
Viviana se esforzaba por mantenerse natural.
Pero de repente los recuerdos asaltaron su mente de repente... Sus ojos se desenfocaron, y sus mejillas se sonrojaron al instante como si estuviera entre la vida y la muerte.
¡¿Qué diablos está haciendo esta cabeza?!
—De todas formas, es mejor no beber.
Ella habló entrecortada.
David no la corrigió, sino que obedeció y dejó a un lado la copa, —Está bien, no beberé, te haré caso.
Ese suave te haré caso pareció un pequeño gancho electrificado... rozando con delicadeza la punta de su corazón.
Viviana se distrajo por un momento.
Sus mejillas se sonrojaron como si hubieran sido pintadas con rojo.
David notó enseguida su comportamiento inusual.—Secretaria Viviana, no has bebido, ¿por qué pareces estar borracha? Tu cara está tan roja, ¿no será que tienes fiebre?
Él comprobó la temperatura de su frente y sus mejillas con el dorso de la mano.
Al acercarse, el embriagador aroma masculino la envolvió por completo.
Viviana se quedó inmóvil.
Con los ojos

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