Capítulo 267
‘Rosita’ miró asombrada hacia abajo, observando las delicadas manos blancas que se movían de un lado a otro sobre sus senos.
—¿No están los senos? Busca más detenidamente.
Esa voz baja y magnética...
Las manos que se desplazaban de lado a lado se detuvieron con brusquedad, fijándose sobre el seno izquierdo, como si presionaran un pequeño bulto en ese seno, que usualmente era plano pero ahora se sentía firme y lleno...
Viviana de pronto despertó.
No, no fue un despertar cualquiera; fue despertada por el pánico.
De la densa niebla al abismo de la desesperación.
No se atrevía a abrir los ojos.
Recordaba haberse subido a su propio auto, recostándose en Rosita para dormir. ¿Por qué, al despertar, había cambiado de compañía?
¡Esto qué diferencia tenía con despertar después de una aventura de una noche y darse cuenta de que se acostó con la persona equivocada!
—¿Ya no busques?
El aliento, denso y cálido por la cercanía, la envolvió.
Una mano larga y delgada tiró de la pequeña mano que aún pre

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