Capítulo 276
Él le dijo al gerente del restaurante, que aún no se había retirado: —Cambia de salón privado.
El gerente del restaurante estuvo de acuerdo: —Está bien, puedo hacerlo.
David salió de inmediato.
Al girarse, puso la mano en la cintura de Viviana y la empujó con suavidad para que saliera con él.
Fausto, después de haber gritado por celular, colgó y apagó el cigarro mientras se acercaba, cambiando su actitud grosera de cuando estaba hablando por celular. Con una sonrisa alegre, saludó: —Si hubiera sabido que Vivianita también venía, no habría fumado. Vamos a cambiar de salón, no quiero que huela el humo.
Cambiaron de salón privado.
Se sentaron y pidieron la comida.
No pasó mucho tiempo antes de que Fausto comenzara a mostrar interés por Susana.
David le explicó un poco: —¿Viniste a Altoviento a espiar?
Fausto sonrió de forma enigmática: —Es correcto en parte, no solo vine a espiar, sino además vine a traerte noticias.
David comentó con un tono de admiración: —Eres un verdadero activista de

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