Capítulo 107

Eva terminó de hablar y Ana no respondió. Fabiola, desde un lado, comentó con tono burlón: —Eva es afortunada, tuvo dos hijos, pero ni siquiera esos dos valen más que el único hijo de mi hermano. Eva, claramente más astuta que Fabiola, no respondió con sarcasmo. Con una actitud amable, dijo: —Si no valen tanto, pues no valen. Ellos llevan el apellido Ruiz, y la familia Ruiz tiene tanto patrimonio que con una parte les basta. Sus palabras, que parecían simples, fueron en realidad muy calculadas. Al mencionar que sus hijos llevaban el apellido Ruiz, dejaba claro que Fabiola, al casarse fuera, ya no pertenecía a la familia Ruiz, sin importar cuántos hijos tuviera. Fabiola se irritó de inmediato y respondió con desdén: —¿Eva, qué quieres decir con eso? ¿Te estás burlando de mí? Aunque me haya casado, sigo siendo la consentida de la familia Ruiz. Si quiero, también puedo tener una parte de la herencia. Eva, conservando la calma, replicó: —Fabiola, no quise decir eso. No te pongas así. Eres