Capítulo 119
Pilar se quejaba de palabra, pero aun así ayudó a cuidar de Sara.
Colocó tablones de madera sobre los pequeños escalones para que la silla de ruedas pudiera pasar sin dificultad.
Sara, que nunca había estado en un mercado en toda su vida, miraba todo a su alrededor con una mezcla de curiosidad y timidez.
Mientras fingía reprocharle su falta de experiencia, Pilar le explicaba cuáles puestos eran tramposos con el peso y en cuáles se conseguían los mejores precios.
Con Pilar pendiente de ella, Ana no tenía que estar vigilando constantemente a Sara.
Aprovechó el momento para hacer algo que tenía pendiente.
Ya había pedido los números de teléfono de los padres de Sara, y como se la había llevado, era necesario avisarles.
Sacó su celular y marcó el número de la madre de Sara.
—Hola, soy la nueva cuidadora de Sara. La anterior fue un poco negligente, así que le di el alta y me la llevé. En estos días le buscaré otra cuidadora adecuada.
—Haz lo que quieras, estoy ocupada. No me molestes con to

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