Capítulo 149
Nadie se atrevía a escuchar ni a mirar demasiado la conversación entre Javier y Mariana.
La mayoría de los presentes en el salón tenía los ojos puestos en Ana.
Una mujer que se había atrevido a declarar abiertamente que le gustaba Javier y que, además, había logrado apartar a Mariana para bailar con él... todos querían saber qué tenía de especial.
Pero, después de mirarla una y otra vez, concluían que, aparte de ser hermosa, solo destacaba por su apetito.
Porque Ana volvió a comer bastante.
Comía tanto que incluso David ya no quería compartir mesa con ella; le daba vergüenza.
Ana no le prestó atención a David. No apartaba la mirada de Javier.
Cuando vio que, al parecer, él y Mariana habían terminado de hablar, Javier llevó la mirada hacia ella. Ana, nerviosa, apartó los ojos de inmediato y fingió disimular bebiendo su jugo.
Javier y Mariana se acercaron.
Él dio una orden directa: —David, llévala a casa.
David quedó atónito. Él y Ana habían tenido roces y no tenía el menor deseo de acom

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