Capítulo 153
Ana salió de casa de Raúl. Como ya no daba clases particulares, no tenía muchas cosas que hacer.
Pensó en ir al Grupo Ruiz para ver a Javier y, de paso, llevarle el almuerzo.
Pero al recordar lo que había sucedido la noche anterior, dudó un poco...
Era una chica franca y directa, aunque también sabía sonrojarse.
Sin nada que hacer, decidió ir al hospital a visitar a Sara.
Compró algo de fruta y fue en una bicicleta compartida.
Tocó la puerta y entró; vio a Sara comiendo sopa con arroz.
Al verla, los ojos de Sara se iluminaron de alegría. —¡Anita! ¿Cómo es que viniste? ¿Has comido? ¿Cómo estás últimamente? Yo... Yo...
Sara estaba tan emocionada que apenas podía hablar con coherencia.
Ana sonrió y respondió: —Ya comí. Solo vine a verte.
Observó la habitación: estaba limpia y bien ventilada. Sara también se veía aseada; tenía las uñas recortadas y, a su alcance, un termo con agua caliente.
Se notaba que estaba recibiendo buenos cuidados.
Ana había pensado irse después de un rato.
Pero Sar

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