Capítulo 157

Algunas personas siguieron abriendo las cápsulas y leyendo con voces extrañas. Todos se rieron. Se oyeron burlas, risas, y carcajadas... de todo tipo. Los más sinceros deseos de Ana les parecían algo tan gracioso. Ella mantenía la cara seria; no entendía qué había de divertido en eso. Solo deseaba que Javier pudiera vivir una vida tranquila y segura. Todo lo que había escrito eran sus bendiciones más sinceras. Solo sentía un poco de pena porque el regalo se había roto. La botella de vidrio era bonita, pero una caja de madera o de metal habría sido más segura. Parecía que a Javier no le gustaban los regalos con bendiciones escritas, y ella no tenía dinero para comprar algo mejor. Ana se sintió algo desanimada y se agachó para recoger las cápsulas. Aún había personas que seguían abriéndolas y leyéndolas. Ana habló: —Esto es mío, por favor, no lo toquen. Su expresión era severa, como si contuviera cierta ira. Hoy era el cumpleaños de Javier; si podía evitar usar la fuerza, haría todo lo p