Capítulo 188
Sobre el secuestro, Orlando estaba convencido de que Javier no tenía pruebas; al contrario, se defendió atacando y lo acusó de ser un irresponsable.
Javier, de repente, se le acercó con una sonrisa en la cara y, sin previo aviso, le agarró el cabello con fuerza, estrellándole la cabeza contra la pared.
Un golpe seco resonó.
Orlando quedó con la cabeza ensangrentada, tan asustado que se paralizó.
Javier aún sostenía su cabello y suspiró levemente. —Cuando los mayores hablan, los jóvenes no deben interrumpir, ¿entendido?
Orlando quiso replicar que Javier era de su misma generación; ¿qué clase de "mayor" se creía?
Pero al ver su mirada, no se atrevió a pronunciar palabra.
Mateo, furioso, gritó: —¡Descarado! ¡Te atreves a golpear a alguien delante de nosotros! ¡Realmente no conoces la ley ni los límites! ¡Javier, eres un monstruo! ¡Deberías vivir en las cloacas más oscuras! Si no aparecieras, toda la familia Ruiz estaría bien; ¡pero cada vez que lo haces, todos terminan mal!
Eva, siempre t

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