Capítulo 75
Las palabras de Pablo hicieron que Ana se relajara por completo.
Lo que más temía era decepcionar a Pablo.
Ahora, Pablo le decía que no pasaba nada.
Ana aún tenía lágrimas en el rostro, pero sonrió.
Pablo tomó un pañuelo y le limpió las lágrimas a Ana: —¿Cómo es que esta niña ríe y llora a la vez, Anita? No te pongas demasiado triste por lo de hoy. Cuando Laura era pequeña, salvó a Javier, pero ocurrió un accidente que arruinó su cuerpo. Javier la salvó primero, probablemente porque temía que el cuerpo de Laura no resistiera.
Ana dejó de llorar, aunque con un hilo de sollozo dijo: —Así que Laura es la benefactora de Javier.
De esta manera podía comprenderlo, al igual que ella se sentía agradecida con el abuelo Pablo y correspondía a su cariño.
Pablo asintió: —Se podría decir que sí, aunque la familia García ha recibido bastantes beneficios gracias a Javier en estos años; podríamos decir que la deuda de gratitud está casi saldada. Pero Javier es de esas personas que recuerdan tanto favo

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