Capítulo 78
Para asegurar la veracidad de la información, envió directamente a alguien al lugar donde Ana creció para investigarlo a fondo.
Quería conocer toda la vida de Ana, sin omitir ni el más mínimo detalle.
De todos modos, no podía dormir, así que decidió no hacerlo.
En la profunda noche de Residencial La Colina, la presencia violenta de Javier se volvía cada vez más intensa.
En ese momento, era consciente de cuán grande era la influencia de Ana sobre él.
En apenas unos días, ya había desarrollado una dependencia hacia esa sensación de tranquilidad.
Si algún día Ana llegara a conocer su estado, incluso podría usarlo para amenazarlo.
Ese factor de incertidumbre.
Esa posible debilidad letal.
Hizo que, en lo más profundo de Javier, surgiera por un instante el deseo de destruir a Ana.
Al instante siguiente, encendió todas las luces de Residencial La Colina.
La oscuridad libera demonios fácilmente; era mejor mantener todo iluminado.
Todo Residencial La Colina brillaba ahora, y desde la ventana de

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