Capítulo 19

Él llevaba un traje negro que hacía que su figura pareciera aún más erguida. La luz danzaba sobre las puntas de su cabello, y en la comisura de sus labios flotaba una sonrisa casi imperceptible. Estaba rodeado por un grupo de personas, pero aun así emanaba un aura de distancia; aunque se encontraba en medio de la multitud, era como si estuviera solo en la cima. Siempre había sido así, imposible de pasar por alto. La respiración de María se detuvo al instante, como si su sangre se hubiera congelado. Casi por instinto, intentó darse la vuelta para evitarlo, pero él le sujetó la muñeca con firmeza. —Cuánto tiempo sin vernos. La voz de Alejandro era grave, pero hizo que a María le recorriera un escalofrío por todo el cuerpo. Ella trató de zafarse de un tirón, pero descubrió que era imposible soltar su agarre. El extraño comportamiento de ambos ya había atraído algunas miradas, cargadas de curiosidad e indagación. Entre ellas se encontraba incluso su superior. Ella no quería armar un escánd