Capítulo 97
Después de dos minutos de silencio, Javier se dio cuenta de repente de la gravedad del problema. Sin decir una palabra, agarró las llaves del auto y salió corriendo del dormitorio.
Al verlo marcharse así, Clara no pudo mantener la calma; inmediatamente lo siguió.
Bajaron las escaleras uno detrás del otro hasta llegar al estacionamiento. En cuanto él se subió al asiento del conductor, Clara abrió apresuradamente la puerta del copiloto y se sentó. Apenas había cerrado la puerta y todavía no alcanzaba a ponerse el cinturón de seguridad cuando el hombre a su lado ya había arrancado el auto con urgencia.
—¡Llámalo, rápido! —le ordenó Javier mientras conducía a toda velocidad.
Clara sacó enseguida su teléfono y comenzó a marcar el número de Raúl, pero después de que sonara durante largo rato, nadie contestó.
Llamó una y otra vez, sin descanso, pero todas las llamadas terminaron con el tono automático de llamada no atendida.
Entonces le envió una videollamada por Facebook, pero tampoco hubo r

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